viernes, 26 de septiembre de 2014

La Plaza de Nuestra Señora del Rosario

Es la única plaza rotulada por el Ayuntamiento en el siglo XIX. Lo acordó la corporación en 1887 en una resolución que venía a refrendar el centro religioso de la naciente ciudad; un entorno urbano ya previsto en el diseño que en 1808 propuso a la comunidad Diego Miller, uno de sus primeros pobladores que se estableció en la calle primera al poniente de la Iglesia, en una casa que compró al orotavense Francisco Gervasio Ventoso.
Aquí se trasladó la ermita y el ajuar de culto en 1828, desde su primera ubicación en la calle de La Marina, para comenzar una lenta andadura arquitectónica que no se concluyó hasta 1930; algo más de cien años después del inicio de las obras de la plaza.
La plaza estaba entonces rodeada de cuatro calles rodadas: la del Norte, hoy Primero de Mayo; la del Rosario; la de San Roque, hoy Secundino Alonso, y la León y Castillo.


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